Innovación con identidad patagónica: placas de cáñamo para la construcción sostenible

En diálogo con Radio UNTDF, Martín Ancaten Ureta destacó el trabajo conjunto que permitió fabricar placas de cáñamo industrial para la construcción. El proyecto busca generar empleo local, enfrentar el déficit habitacional y vincular democracia, producción y soberanía tecnológica.

La Patagonia vuelve a ser protagonista de un desarrollo productivo con fuerte impronta territorial: la creación de placas de cáñamo industrial para la construcción. Martín Ancaten Ureta, integrante de la Fundación GEN, dialogó con Florencia Basso en el programa DNU de Radio UNTDF y subrayó la alianza entre la Fundación, la empresa Modo Domo y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que permitió validar el potencial de este material como alternativa sostenible frente a los paneles tradicionales.

El proyecto se inició en 2019 con ensayos de adaptación del cultivo de cáñamo a las condiciones geoclimáticas patagónicas. Gracias al aporte técnico del INTI, se comprobó que la fibra de cáñamo posee propiedades sobresalientes para la construcción: resistencia, durabilidad, aislación térmica y una característica inédita en el mercado argentino: la capacidad de ser ignífuga. Ancaten explicó que estas placas podrían producirse a escala industrial en los próximos 12 a 18 meses, siempre que se agilicen los permisos y normativas vinculadas al sector.

Más allá del impacto tecnológico, el desarrollo apunta a consolidar una agroindustria sostenible con identidad patagónica. La producción de cáñamo podría generar empleo local, abastecer la demanda de materiales para viviendas sociales y abrir nuevas cadenas de valor regionales. “No se trata solo de innovar en el mercado, sino de pensar soluciones habitacionales acordes a las necesidades de nuestra gente, con productos concebidos y fabricados en la Patagonia”, señaló el referente de Fundación GEN.

En la entrevista, Ancaten también recordó que el cáñamo fue históricamente cultivado en el país, hasta que la última dictadura militar lo incluyó dentro de la Ley de Estupefacientes en los años 70. Retomar este cultivo, explicó, implica no solo recuperar un saber productivo interrumpido, sino también afirmar un modelo de democracia económica basado en la soberanía tecnológica y en la diversificación productiva frente al monocultivo y a la dependencia de materiales importados.

Finalmente, el empresario invitó a la comunidad a sumarse al proyecto y a acompañar la iniciativa. “La construcción con cáñamo no es una utopía: está al alcance de la mano y puede convertirse en una herramienta para resolver problemas habitacionales, generar empleo digno y aportar al cuidado del ambiente. Creemos que la democracia también se construye con políticas productivas que incluyan a la gente y devuelvan dignidad desde el trabajo”, concluyó.